Si uno se fija bien, descubre que aún faltan algunos tejadillos y también advierte las ramas secas o partidas de los árboles. Pero eso es solo si uno se fija bien. La verdad es que al llegar al lobby del hotel Las Brisas, en Guardalavaca, parece increíble que hace tan solo 13 días esto parecía un campo de batalla y no una zona turística.
“Era temible”, recuerda Mayra Rodríguez Batista, quien trabaja como Maitre en ese centro. “Nosotros habíamos asegurado los medios en las áreas libres. Protegimos a los clientes, les dijimos cómo actuar y les proporcionamos agua y alimentos para la noche, especialmente a aquellos que tenían niños, para evitar que salieran de sus habitaciones. A eso de la una, cuando ya se sentían rachas fuertes, llamamos para continuar brindando información sobre la manera de actuar y el tiempo que duraría el paso del huracán. “De todos modos fue impresionante”, cuenta. “Los cristales se sentían que iban a estallar y luego los oías explotar uno tras otro. A las 5:30 pensamos que ya había pasado y comenzamos a preparar un desayuno sencillo, pero se trataba del ojo del huracán y tuvimos que resguardarnos en la discoteca. Fue entonces que azotó más fuerte. Se veía con la claridad de la mañana todo el desastre que iba causando”. (más…)