Nota introductoria:
Este post lo escribí el domingo, mientras se desarrollaban las elecciones en Venezuela, y por esas cosas de la conexión pensé que se había publicado y no fue así. Hoy, cuando constantemente llegan noticias de la violencia en ese país continúo con el corazón en esa nación, no solo por mis compatriotas, sino porque de verdad me gustaría ver a los venezolanos construir su país en paz, respetándose los unos a los otros y el destino elegido por la mayoría; pero sobre todo, recordando que son hermanos, que ninguna diferencia debería hacerles empuñar las armas entre sí.
Los pies en Holguín y la mente en Venezuela, con las ganas de ser venezolana y hacer fila desde temprano para votar y luego quedarme en las calles para esperar el anuncio de la victoria.
El cuerpo dedicado a las labores cotidianas del domingo y el corazón junto a los que hoy deciden el futuro de su país y de la patria latinoamericana, con el deseo de ser una más entre ellos, porque también yo hice mi compromiso con Chávez de no retroceder ni un ápice en la unidad y la independencia que hemos logrado juntos.
Yo aquí, en Cuba, pero al igual que en aquellos días de abril, justo once años atrás, vibrando con el pueblo que devolvió a su presidente a Miraflores, el mismo que estoy segura lo hará regresar otra vez al palacio presidencial, cuando este domingo elija a Nicolás Maduro para continuar con el socialismo del siglo XXI que él iniciara.
Read Full Post »